sábado, 2 de mayo de 2009

Ser madre





'Celia madrecita'. Ése era uno de los títulos de la colección que sobre dicho personaje escribió Elena Fortuny. No recuerdo lo que ella experimentaría la primera vez que tuvo entre sus brazos a su primerizo, pero lo cierto es que Celia, la de mi blog, si sabe cuál fue su reacción cuando vio, en este caso a su primera niña, en una diminuta cunita al lado de su cama en la clínica donde dio a luz. Estaba a su lado y al despertar de ese letargo como consecuencia de la anestesia buscó con la mirada a su alrededor hasta ver la cuna. Dentro, acurrucada y sumida en el más dulce de los sueños, estaba su hija. Sonriendo, sin apartar los ojos, en los que al mismo tiempo se acumulaban lágrimas de emoción, la miraba una y otra vez. ¡Esta es mi niña, la que he llevado en mi vientre durante nueve meses, la que me daba tantas pataditas sobre todo por las noches!, decía sin dejar de observarla. No se lo podía creer. ¡Qué belleza!.
Celia miraba sus ojos con sus finas pestañas, su diminuta nariz, su boquita, su piel sonrosada. Luego trataba de coger su manita, pero fue la niña quien se agarró fuertemente al dedo de su recien estrenada madre. Y es ahí donde se produce una intensa emoción. Es como si la pequeña quisiera pedirle a su madre que no la abandone nunca, que esté siempre a su lado. Celia sigue observándola, de pronto la niña hace pucheros con la boquita, pero no llora. Dicen que los bebés también tienen sueños. ¿Qué estará soñando?.
Celia quiere abrazarla, tratar de trasmitirla el mensaje de que estará con ella siempre pase lo que pase, hacerla saber que estará protegida, que contará con su cariño incondicional, que sus manos guiarán sus primeros pasos, que su voz le narrará bellos cuentos e historias, que sus ojos leerán los primeros cuentos. También la enseñará a distinguir el olor de las flores, el del mar, el del viento sur, el de la hierba recien segada. Y por supuesto la introducirá en los bellos compases de la música clásica.
Celia sigue soñando; como todas las madres, son muchos los proyectos que tiene en mente acerca de su hija. Ella si que sueña despierta: ¿a quién se parecerá, cómo tendrá el pelo, cuál será su primera palabra?. Y cuando crezca la enseñaré a rezar e iremos juntas aquí y allá, y jugaremos y luego la llevaré al colegio como lo hacía su abuela conmigo, se dice. Y luego, y luego....Celia sigue soñando.

6 comentarios:

circe dijo...

y te habrás quedado tan ancha....así..a las 12 de la mañana y ya me tienes al borde del berrinche....
Perdona, pero...no es cierto que la sieguieron más????Pues en buena te has metido si ahora tienes que escribir un post por cada una....Supongo que esa fue la primera...a la última ya ni manitas ni leches...jajajja es bromaaaaa!!....Muy bonito

celia dijo...

Circe, que sepas que Celia dejo de soñar y puso los pies en la tierra. Después de la primera llegaron cuatro niñas más, a cual más preciosas. Todas diferentes, maravillosas y cada una supuso una alegría más en el corazón de esa mujer. Y siempre con la misma ilusión, que nunca se pierde aunque no ocupe el primer lugar. Circe fue la última y mira tu por donde fue la que más caricias y mimos recibió, pues además de sus padres estaban sus cuatro hermanas deseosas de manejar aquella muñeca. Y te aseguro que disfrutaron de lo lindo. Y Celia más porque la que te precedía tenía ya cinco años. O sea que las quejas aparcalas en el Ayuntamiento y los besos en la cara de tu madre que para eso te parió.

circe dijo...

Hala hija...que discreta....como sigas contando....jajajaj...Que ya lo sabia.Un beso y me ha gustado mucho

Mariquilla Terremoto dijo...

Très joli.

Carlota dijo...

y la hija heredó de Celia la capacidad de soñar... y sigue soñando...

celia dijo...

Carlota, Carlotita sigue soñando pero ojo con los pìes en la tierra, que es donde mejor están. La imaginación utilizalá para seguir contando cuentos a tus niños porque no es bueno vivir de los sueños.