lunes, 2 de noviembre de 2009

El 'vicio' de la lectura


Después de un largo verano, con temperaturas en pleno mes de octubre que invitaban a ir a la playa, tomar el sol y los más valientes a darse un baño, ha llegado la lluvia, bajado las temperaturas considerablemente, lo que invita a retomar el ‘vicio’ de la lectura. Celia es muy constante en ese placer, que no abandona a lo largo de todo el año, aunque bien es cierto que a partir de ahora dedicará más horas al estar más tiempo en casa. Su momento favorito es la noche. Todos los días cuando se mete en la cama toma el libro de turno y puede pasarse una hora o más, según el interés del mismo y mientras no caiga en brazos de Morfeo. Ahora es distinto, cualquier hora o cualquier rincón invita a abandonar los placeres de este mundo para introducirse de lleno en las aventuras que nos transportan a otro mundo, a otra realidad. Es la hora de los ‘sueños’. Es una forma de conocer otros personajes, otras situaciones; caminar por otros lugares del mundo que nos ofrecen infinidad de aventuras.

¡Qué maravilla poder coger un libro!; sentarse tranquilamente en un sillón o en el sofá, ponerse una música de fondo que no incordie la lectura, abrir la primera página y empezar a leer aquellos renglones que por arte de magia te introducen en los personajes, en las situaciones, en los lugares, que quieras o no, te invitan a ser uno más de la historia. A veces te sientes identificado con unos u otros y en ocasiones te sirve de reflexión para seguir sus pasos o para tomar nota de lo que no deberías hacer.

No cabe la menor duda de que leyendo se aprende y basándose en esta teoría Celia inculcó en sus hijas el amor por la lectura ya desde que eran pequeñas. De los sencillos cuentos pasaron a los de viñetas, etapa más comprensible para aquellas a quienes les costaba coger un libro, luego vinieron otro tipo de libros juveniles y más tarde lo que profesores o padres considerasen oportuno. Por lo general todas son buenas lectoras, unas más que otras. Celia, que no hay mes, feria, etc, etc, que no aproveche la ocasión para comprar libros se ha convertido en la proveedora oficial de alguno de los títulos más interesantes.

En cierta ocasión Celia y una de sus hijas fueron a visitar a una amiga de esta última que vive con sus padres en una maravillosa casa que se han construido a capricho en pleno campo. Se trata de un chalé de piedra de dos plantas, cuyo interior ha sido decorado con los elementos más modernos: grandes ventanales, tonalidades negras, blancas, grises; luces indirectas, lámparas muy modernas, etc. Las dos habían sido invitadas a dormir esa noche y he aquí que Celia se puso a leer un libro que había llevado. Se recostó en el gran sofá tomando posiciones, pero pronto se dio cuenta de que la escasa luz ambiental no era suficiente para sus desgastados ojitos. El caso es que se trasladó a una silla situada a un lado de la chimenea donde había tres focos de luz, pero esos focos iluminaban hacia arriba y no sobre el libro.

-Será posible de que hoy no pase página?, se preguntó Celia un tanto escamada y algo cabreada.
El caso es que Celia se puso a investigar por los salones y cual no fue su sorpresa cuando vio que no había ni un solo libro. Vamos que por no haber no había ni un mueble adecuado o sea una librería.
-¡No me lo puedo creer!, le comentaba a su hija. ¿Cómo es posible que en una casa no haya libros?
Su hija, más comprensiva con los tiempos que corren, aseguraba que ahora hay otras prioridades en la decoración de una casa. Vamos que con una televisión plana de grandes dimensiones, con TDT incluido y sujeta a todos los adelantos habidos en el mercado, están ya cubiertos todos los placeres del saber. Tanto para niños como para mayores y sale más barato, claro.
-Mamá, a ti porque te gusta leer, pero no toda la gente es igual.
-Pues si que la televisión tiene mucho atractivo, refunfuñó Celia, disconforme con los planteamientos actuales. Y en ese momento visualizó los catálogos de algunas mueblerías donde prácticamente no hay librerías y los muebles son por añadidura minimalistas. Así nos va.

3 comentarios:

circe dijo...

Oye guapa, que yo justificar, no lo justifico pero si, lo que para mi es lo más normal del mundo (ver libros hasta debajo de las camas si te descuidas...), tluego te encuentras con mogollón de gente que en casa de sus padre, lo más oarecido a un libro que han tenio es el propecto de la lavadora....Pero bueno, son diferentes tipos de...educación???Pero vamos, yo, en mi espacio personalizado, sería totalmente compatible (como es la realidad), una decoración estética, moderna y odo lo que quieras, la tecnología: un buen tv y demás y los libros....y cuanto más antiguos, mayor historia entre sus páginas....
Y en realidad te das cuenta al final, acabas repitiendo lo que ves en casa, y que si bien yo de pequeña no era de las más lectoras,tardé unos años pero encontré en los libros, una auténtica avetura...Todo tiene su momento, no hay forzar la maquinaria....

circe dijo...

Vale...debería de repasar lo que escribo antes de publicar....se ve que algunas teclas no las toco con suficiente fuerza pero...."me se" entiende,no?

celia dijo...

Nunca es tarde cuando la dicha es bueba, verdad amor?. En cualquier caso es gratificante y me alegro de que más vale tarde que nunca y tú supiste coger el tren a tiempo. Precisamente acabo de leer un libro en este sentido qu es una preciosidad: La ladrna de libros. La biblioteca ambulante está a tu disposición.