sábado, 7 de marzo de 2009

Una idealista del amor


Amor ¿Qué es el amor? ¿Existe el amor? ¿Cuántas veces hemos pronunciado esta palabra a lo largo de nuestra vida? ¿Le hemos dado el auténtico y noble sentido que tiene?. Porque amar es querer al otro en el sentido más grande y sublime de la palabra; es entregarse y dar lo mejor de uno mismo sin esperar nada a cambio; es comprender y aceptar las virtudes y los defectos del otro tal y como nos gustaría que comprendiesen y asumiesen los nuestros; amar es respetar, es actuar con sinceridad, ser generoso sin límites.

No hay que confundir amor con pasión o deseo, aunque el amor camina paralelo a la pasión y al deseo. Es algo innato en la persona humana. Porque donde hay pasión y no hay amor es muy posible que la pirámide construida entre dos personas se venga abajo al menor contratiempo. Esa es quizás una de las muchas razones por las que hoy en día existen tantas desavenencias.

Porque la pasión no es perdurable, mientras que cuando el amor se asienta sobre unos pilares sólidos es posible que sobreviva a los avatares a los que debemos enfrentarnos día a día. No obstante el amor hay que cuidarlo y mimarlo pues los peligros acechan por todas partes. No puede uno dormirse en los laureles.

Leí recientemente los ‘Diarios 1984-1989’ del escritor húngaro Sándor Márai, uno de mis favoritos, y me impresionó la dedicación y entrega de este hombre hacia su mujer, primero cuando ella va perdiendo la vista y el oído y, más tarde, cuando tiene que ser hospitalizada para permanecer unos meses hasta su muerte. “No puede dar un paso sin mi: la sujeto por un brazo, pero yo mismo necesito un bastón, pues ando con gran inseguridad”, (Márai también perdió bastante visión en sus últimos años). …”Y sigue siendo tan guapa a los ochenta y siete años como lo fue de joven; de otro modo, pero sigue siendo guapa. No sé hasta cuando me aguantará el cuerpo, pero quiero estar con ella hasta el último momento, ayudarla y cuidarla”. Y eso lo dice después de sesenta y dos años de convivencia juntos. Increíble, maravilloso, sobre todo cuando vivimos en una época en que lo más importante parece ser que reside en mirarse uno el propio ombligo y cerrar los ojos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Y el amor no sabe de egoísmo.

Sigue mas adelante… “Tal es la fase que me ha tocado vivir ahora. Estar cada día junto a esta mujer maravillosa, amada y noble, que conocía mi vida desde la otra orilla, desde el lado personal, y presenciar su declive lento y silencioso: no esperar nada, no oponerse al dolor, aceptar la impotencia, conducir a la mujer más querida hacia la salida de la vida, tambaleándome en esta oscuridad permanente”.

No quiero hacer una trascripción de sus maravillosos pensamientos y vivencias, pues no es la cuestión, pero si sacar a la luz la compenetración y el amor de estos dos seres humanos después de sesenta y dos años juntos, en los que, como dice en el libro, no faltaron las discusiones. Lógico y natural, pero eran sin duda dos personas que se amaban. Juntos habían superado la muerte de su hijo, juntos se habían exiliado de su país dejando atrás amigos, familiares y sobre todo la tierra que les había visto nacer y a la que nunca volverían.

Porque la palabra amor es tan amplia y abarca tanto….Una sonrisa, una mirada, un beso, una caricia, una palabra. Cualquiera de estas actitudes son tan representativas del amor, como el decir ‘perdón‘, o un ‘buenas noches’ en el momento oportuno.

Todos sabemos que el amor va cambiando a medida que pasa el tiempo. El amor-pasión se transforma en un amor más acorde con la edad, sin que por ello desaparezca el deseo, pero es más quieto y sosegado. Admiras en el otro toda la riqueza intelectual y humana que ha ido adquiriendo en su largo caminar por la vida y al mismo tiempo rechazas sus defectos, que ojo todos tenemos, pero en el fondo lo aceptas, transiges. Una forma más de amar.

Sin embargo no todo es tan color de rosa. Desgraciadamente muchas pueden ser las circunstancias que acaben con la palabra amor en la pareja que, si bien existió en la mente de muchas de ellas, estas se vieron abocadas al desengaño. Los motivos: dicen que se acabó el amor. Sin embargo, siempre surge una duda: ¿hubo amor de verdad?.

2 comentarios:

circe dijo...

Buena pregunta con la que nos dejas al final...El libro tiene buena pinta, se me parece un poco al de Delibes "Mujer de rojo sobre fondo gris"...En fin...una visión muy idealista y romántica del tema...Me leeré el libro..besos

celia dijo...

Circe te recomiendo el libro, es triste como puiedes imaginar pero merece la pena. Bueno ya te he dicho que es uno de mis escritores favoritos. Que te voy a contar.