
¿Recuerdan los más carrozas aquella canción en la que Sara Montiel, con un cigarrillo en la mano, grandes dosis de sensualidad, ojos chispeantes entornados, lengua para afuera y para adentro, entonaba “Fumando espero al hombre que más quiero…?”. Los que la vieron actuar bien en cine o en teatro son, sin duda, unos afortunados, pues ya no volveremos a disfrutar de su pico de oro cantando dicha canción. ¿Qué ha pasado? ¿Es que acaso nos ha abandonado?. ¡Noooo!, ni mucho menos. Sólo una puntualización y es que como ahora no se puede fumar en lugares públicos, la Saratíiiisima y todas las actrices de la revista tendrán que quitar de su repertorio esa canción, aunque queda una posibilidad: organizar un concierto en la Plaza Mayor, con la cheslón incluida, para dar más ambiente.
Dicen que esta canción estuvo censurada en el pasado siglo, luego volvió a los escenarios y resulta que después de más de treinta años de democracia nos encontramos un buen día con que esa canción no se va a poder cantar en el amplio repertorio de las revistas que se escenifican en los teatros por culpa de una leyecita que prohíbe a doña Sara y demás salir al escenario con su larga boquilla y su cigarrillo.
¿Será que vuelve otra vez la censura?. Nada más lejos, por favor; son cosas de la vida que se repiten por unas u otras circunstancias, pero está claro que Sara Montiel no subirá a los escenarios para cantar ‘Fumando espero’. Habría que preguntarle su opinión al respecto. Mientras tanto me imagino a esa actriz, que cautivó tantos corazones allá por donde pasara, en su casa, cómodamente sentada en una butaca, con las piernas cruzadas y fumándose no ya un cigarrillo como exigía el guión, sino un gran puro habano como viene haciendo habitualmente desde hace años.