jueves, 16 de diciembre de 2010

Otro año más


Celia está escribiendo, como todos los años, la carta a los Reyes Magos. Es una carta larga y extensa; en ella hay sitio para su marido, sus hijas, sus nietos y otros miembros de la familia, a los que en ese día se obsequia con los detalles que hayan dejado los magos de Oriente bajo el árbol.
El cabeza de familia ocupa siempre el primer lugar de la misiva y por ello Celia pregunta a su marido qué le pide este año a los Reyes. La contestación llega rauda y veloz para sorpresa de su mujer, ya que siempre suele contestar que nada, que tiene de todo y como mucho recurre al calendario zaragozano.

Pero en esta ocasión no da crédito a lo que está oyendo. Por primera vez en su vida de casada le llega una idea genial de su marido, a saber:
- Quiero algo que tengo pero que no me funciona.
Celia, a quien le ha cogido por sorpresa esta salida de tono de su marido, hace una traducción inmediata de su propuesta, suelta la carcajada, le mira de reojo y dice a su marido:
- Hijo, eso ya no tiene remedio por muchos milagros que quieran hacer los Reyes Mayos.
- Pero es que me viene muy bien para hacer mis operaciones.
- ¿De que estas hablando?.
- De una calculadora.
- Entendámonos, chiquillo. Ya creía que me estabas vacilando.
- Pero mira que eres mal pensada.
- Es que lo has dicho con un retintin y de una forma tan real…que una piensa y piensa.
- Vamos a dejarlo que ya te veo venir. Piensa que ya somos abuelos-abuelos o sea muy abuelos y hay lujos que no nos podemos permitir.
- “Pero a pesar de todo, yo”, canturrea Celia, quien añade con contundencia: eso no me impide que me vista de rojo. ¡Hale!.

2 comentarios:

circe dijo...

jajajajajjajajajjaaaaa
jajajajjajajaja
jajajjaja........(...............................)............asi que.....una calculadora!!.
No coment

celia dijo...

Tú riete, que tiene mucha gracia verdad. No sabes como se tronchaban de la risa los Reyes Magos cuando recibieron la carta. Y es que deben recibir cada misiva.