domingo, 27 de junio de 2010

Llegan los cambios


Celia vive en una calle más bien pequeña; no se tarda ni cinco minutos en recorrerla, pero tiene de todo y cuando digo de todo me refiero a que cuenta con dos salas de arte, su iglesia, un hotel, casas-chalets de una belleza extraordinaria, entre las que se encuentra la de los padres de los hermanos Calderón, conocidos por su variada aportación al mundo de la cultura: compositor musical uno, otro escritor y el tercero pintor.

Es una calle construida de cara al sol ( por eso lleva el nombre del astro de nuestro sistema planetario), aunque tiene lógicamente las dos variantes, ya que la zona norte es sombría y fresca. Por ello los habitantes tienen la posibilidad de andar por una u otra acera según sople el viento o ‘casque’ el señor don Lorenzo.

En la iglesia, regentada por los padres Carmelitas, se venera a la Virgen del Carmen que cuenta en toda la ciudad con gran número de devotos. Por ello, el 16 de julio, festividad la Virgen marinera, la calle se engalana con banderitas y otros artilugios. En ninguna ocasión esta calle es tan visitada por la gente que acude a la iglesia para elevar sus peticiones, agradecimientos, o acompañarla en la procesión. Así se ha hecho desde principios del pasado siglo.

Pero he aquí que ayer Celia se encontró con que su calle había sido ‘tomada’. Me explico, al abrir las ventanas de su casa le llegó una música desde la zona más antigua de la calle. Y no era música ‘enlatada‘, no, era en vivo y en directo como pudo comprobar más tarde; una música de esas que le gustan a Celia o sea la samba, el mambo, la salsa. En su casa no sabía si mover sus caderas al ritmo marcado por aquellos jóvenes y dejar de una vez por todas el trapo de polvo para mejor ocasión.

A Celia le pudo más la curiosidad; se puso su pantalón y un jersey a juego y se lanzó a ver que pasaba en su calle: juegos para niños, puestos de bebidas y otros chuches, puestos de tortillas de patata realizadas por los propios vecinos de la zona, puestos de libros antiguos, pues en esta calle hay mucha tradición cultural, y la famosa orquesta que amenizaba al vecindario. No faltaba un concurso de pintura donde los aficionados a las bellas artes hacían sus pinitos con resultados muy sorprendentes en algunos casos.

Hasta ahí todo normal; un fin de semana fuera de lo habitual, con unas actividades que entretienen a niños y mayores. El pero fue la clausura de estos festejos, que no se sabe bien de dónde han salido y por qué. Celia que regresaba a su casa a media tarde se encontró de sopetón con un desfile del ‘orgullo gay‘, donde hombres y mujeres desfilaban semidesnudos bailando al son de los instrumentos de percusión. ¡Qué frío!.

miércoles, 16 de junio de 2010

Para todos los gustos



Llueve, llueve y llueve, pero ello no es obstáculo para que Celia y su hermana ‘Mariquilla terremoto’ salgan a dar un paseo. Como el tiempo ha refrescado llega un momento en que la vejiga también lo acusa y la necesidad de vaciar la misma se haga cada vez más apremiante, por lo que no queda más remedio que entrar en algún lugar antes de llegar a casa. La prisa apremia y eso es lo malo. Para estos casos lo mejor es una cafetería y si está llena pues mejor que mejor. Al menos ambas creen que se pasa más desapercibida. En fin, eso habría que preguntárselo a los camareros. Lógicamente si eres una habitual de equis local el problema ya no sería problema.

Pero he aquí que entraron en una nueva para ellas, desbordada a esa hora la tarde de gente e iniciaron el recorrido, señalizado por unos grandes carteles que decían: ‘Aseos’ y flechas por aquí y por allá; se conoce que es para que nadie se despistara. Al llegar a las puertas en cuestión, Celia dirige su mirada hacia la de las señoras y se encuentra con una dama sentada en un inodoro. ¡Oh, que original la placa en cuestión!; claro que a continuación y, por pura y mala curiosidad, miró hacia la puerta de los caballeros, quedándose con los ojos a cuadros. Allí estaba la silueta de un señor con un pene que ya quisieran muchos para sí.

“Pero tú ves”, le comentaba luego a Marquilla entre risas, ya que este tipo de placas no son precisamente muy habituales en las puertas de los aseos. Generalmente estamos habituados a ver las placas donde ponen ‘Hombre o Mujer‘, ‘Adán y Eva‘, ‘Señoras y Caballeros‘, ‘Toilettes‘; hay otras placas en las que nos muestran las siluetas de un hombre y una mujer, la de un caballero o una dama de época, la de ambos con una pipa o una sombrilla o un abanico. Vamos que hay para todos los gustos.

Y nunca mejor dicho, porque hablando Celia y Mariquilla recuerdan haber visto otras placas como aquellas en que tanto el hombre como la mujer están con las rodillas apretadas y las manos en sus respectivos ‘aparatos’ acusando la hiperactividad de la vejiga o aquellas otras en que a la mujer se la representa como una ese (S) un poco desfigurada y por cabeza un redondelito y al hombre una línea quebrada, vamos echado para adelante, igualito, igualito como cuando el profesor de Pilates nos dice que hagamos ‘in Princ’. Ojo, que tampoco le falta la cabeza.

Sin duda las placas indicativas de los aseos da para un tratado. Suena a guasa, pero ¿cuántos distintivos habrá que no hayamos visto?.

sábado, 12 de junio de 2010

Dónde están las promesas


Alguna vez te has quedado bloqueado/a? Eso es precisamente lo que le ha pasado a Celia en estos últimos días; es como si estuviera metida en una nube que mantiene su mente en blanco. Pero si además la nube es gris oscura entonces la cosa cambia doblemente. Que por qué? Sencillamente porque no hace más que llover y llover y cuando estamos a las mismísimas puertas del verano este panorama la sume en un estado de pesimismo puro y duro. Habrá que resignarse, se dice, aunque hay otras cosas peores por no citar lo que se nos viene encima con la subida de la luz, que afectará a toditos o sea desde el más pobre al más rico, el aumento de los impuestos, el IVA, el IRPF. A todo ello hay que añadir la bajada de las pensiones mediante una mayor retención desde el pasado mes de enero, la congelación de las mismas para el próximo año y luego no digamos nada de los funcionarios.

Sin embargo hay una gran diferencia entre los pensionistas y los funcionarios: los primeros se quedaron calladitos y doblegados a las órdenes del ‘gran magnífico‘, mientras que los segundos hay que ver la bulla que están armando. Y no es para menos.

Y Celia se pregunta ¿y por qué ha salido todo esto a colación? Y es que la abuela está desesperadita con este panorama que se le avecina. Lleva días pensando y pensando que hará cuando llegue el invierno y el recibo de la luz se vea incrementado vertiginosamente; no hay que olvidar que los días son más cortos y encima el frío obliga a encender las calefacciones desde la mañana a la noche y como en su casa ya son abueletes…pues hala fastidiaté.

Todo es tan negativo, tan poco esperanzador, tan irreal, tan, tan. Ya no le quedan palabras y es que está muy cabreada con toda la perspectiva que se le avecina, pues además este año va a tener que prescindir de las vacaciones. ¡Toma ya!. Ella que disfrutaba tanto preparando esos pequeños pero maravillosos viajes de ocho o diez días como máximo, pero que en su momento la hizo tan feliz, va a tener que olvidarse del avión y por supuesto del AVE, porque ya el ‘gran magnífico’ ha dicho de este último que de eso nada de nada. Estamos en crisis, afirma, y no se pueden hacer excesos. ¿Dónde quedaron las promesas?.